Muchas veces se tienen miedos para viajar con niños pequeños… y uno de nuestros objetivos principales es el de desterrarlos (o al menos minimizarlos). Una de las preocupaciones más habituales que nos encontramos cuando hablamos con alguna gente es la de volar con niños pequeños. ¿Qué se puede llevar? ¿Pagan o no pagan? ¿Hay consideraciones especiales por ir con niños pequeños? En el post de hoy vamos a intentar aclarar todas estas dudas para que os animéis, si aún no lo habéis hecho, a coger un avión con ellos.
Antes de volar
Una vez se tiene el destino decidido toca a ponerse a buscar vuelos como locos… Depende del destino puede ser un vuelo largo y/o con escalas, así que es una cuestión a valorar. Quizás no sea una idea descabellada escoger un vuelo con escalas para poder descansar, estirar las piernas y, los más peques, descargar algo de energía.
En función del destino también hay que tener en cuenta la documentación que los más pequeños deben llevar. Se divide en:
- Vuelos nacionales: DNI / Libro de familia (parece que algunas líneas aéreas exigen DNI incluso a los bebés, pero realmente no debería ser necesario).
- Vuelos europeos: DNI.
- Resto del mundo: Pasaporte (Recordad que estos documentos para los más pequeños tienen una duración reducida mucho menor que la de los adultos).
Respecto a los precios de los vuelos, hasta los dos años los bebés solo pagan las tasas, pero no pueden ocupar asiento. A partir de esa edad el precio ya es el mismo que para los adultos (o un porcentaje dependiendo de la compañía). En los vuelos de largo recorrido no es raro que las compañías apliquen tarifas más bajas a los niños.
Finalmente, a la hora de ir hacia al aeropuerto ves con tiempo de sobras. Ir con prisas en un aeropuerto ya es lo suficientemente estresante para adultos como para encima añadir el hándicap de unos niños inquietos. Una vez con todo bajo control allí hay muchas formas de entretenerse como pueden ser las zonas de juego infantiles que se pueden encontrar cada vez en más aeropuertos.
Al embarcar
Si los pequeños ya ocupan asiento (y por lo tanto, pagan billete) tienen la misma posibilidad que los adultos para llevar el equipaje permitido por la aerolínea; por el contrario, si se trata de un bebé, hay compañías que sí que permiten algún tipo de equipaje; en este caso lo mejor que podéis hacer es consultar con la aerolínea cuáles son las limitaciones.
Los cochecitos no se consideran equipaje y se pueden llevar hasta la misma puerta de embarque (algunas aerolíneas incluso dejan llevarlo hasta la misma puerta del avión). El personal de la compañía se encargará de meterlo en la bodega del avión y de volverlo a poner disponible una vez se llega al destino (algunas compañías no lo hacen y el cochecito hay que recogerlo en la zona de equipaje especial del aeropuerto; se recomienda preguntar al personal de la aerolínea).
En la mayoría de las compañías aéreas prestan atención especial a las familias con niños pequeños y, en muchos casos, ofrecen entrada prioritaria. Nuestra recomendación es que siempre, siempre, preguntéis al personal encargado del embarque si tienen algún tipo de consideración a este respecto. No penséis en que por que los niños sean un ‘poco’ mayores esto ya no es válido; el no siempre se tiene. Nosotros hemos tenido gratas sorpresas en este aspecto 🙂
Respecto a la comida y a la bebida, está permitido que se pueda entrar el agua que se considere necesaria para el vuelo (nosotros hemos llegado a entrar botellas de litro); respecto a la comida, está permitido poder llevar toda la comida que se considere necesaria para el viaje. Esto hay que indicarlo en el control de seguridad para que puedan analizar los líquidos.
Durante el vuelo
Los momentos más delicados para los más pequeños por los cambios de presión son el despegue y el aterrizaje; se recomienda, si son bebés, que pasen estos momentos con el chupete o haciendo pecho; si son algo más mayores, es recomendable que estén comiendo algo que les haga mover la mandíbula.
La máxima dentro de un avión para nosotros es: Paciencia y buenos alimentos.
Es posible que haya que estar varias horas en ese pequeño cubículo repleto de gente, así que lo mejor es estar lo más tranquilo posible. Si el pequeño paga billete tiene derecho a asiento, así que puede ser algo menos tedioso; los bebés menores de dos años deben pasar todo el viaje encima de algún adulto (a no ser que tengas suerte y tengas un asiento libre a tu lado!). Si ya es aburrido para nosotros ir en avión, imaginaos cómo debe ser para los peques… La mejor manera de pasar el rato durante el vuelo es mantener al niño o a la niña lo más entretenido posible. En este post podéis encontrar ideas para entretener a los más pequeños durante los desplazamientos.
Si viajamos con un bebé se puede pedir una cuna a la compañía aérea en la que viajamos si el vuelo es especialmente largo (normalmente transoceánicos); para esta posibilidad es conveniente contactar con la compañía.
Un último consejo: Cambiad pañales y/o hacerles ir al baño antes de subir al avión… pese a que haya cambiadores en los baños son bastante incómodos de utilizar, así que cuantas menos veces haya que recurrir a ellos, mejor. Igual para el uso del baño: Si necesitan de nuestra ayuda, puede ser un poco complejo ofrecérsela en un lugar tan pequeñito como el baño de un avión…
Y básicamente esto es lo que puede implicar realizar un vuelo con niños pequeños. Espero que os resulte de utilidad y que os hayan aclarado aquellas pequeñas dudas que pudierais tener… y que os animéis a volar con ellos si aún no lo habéis hecho!
Alicia de Trotajoches dice
Lo de poder embarcar antes con los niños pequeños es una gran ventaja. Lo voy a echar de menos cuando el peque crezca 😉
Oscar Espinosa dice
Si… es una pena perder ciertos privilegios 😛