Día 6:
Parecía que por fin el buen tiempo se había afianzado, aunque hacía algo de viento… Nuestra intención era ir a las Platges d’Algaiarens, en la parte norte de la isla, pero no era muy recomendable así que decidimos esperarnos a la tarde y dedicamos la mañana a hacer algunas compras por Ciutadella.
Aprovechamos para conocer el mercado y sus alrededores, donde acabamos comprando el fantástico queso de Maó y algunos embutidos más en una parada de lugareños.
Exterior del Mercat de Ciutadella |
Nos quedamos a comer en el centro, aprovechando el buen tiempo, en una terracita… y la enana acabó haciendo de relaciones públicas con la mesa de al lado.
Tras la necesaria siesta, nos dirigimos hacia Algaiarens sin tener muy claro si nos íbamos a poder bañar o no porque seguía haciendo aire.
Las Platges d’Algaiarens se encuentran cerca de Ciutadella, en la parte norte de la isla. Para llegar únicamente hay que ir en dirección a Cala Morell y de camino ya hay indicaciones. Aquí si que no tuvimos problemas para aparcar, y gratis 🙂
Bonita Playa! |
Pese a que hacía algo de aire, la playa está bastante bien protegida y se estaba muy bien. Nos pusimos en un saliente y ahí el agua estaba prácticamente como en una piscina.
Nos quedamos hasta que el sol se empezó a esconder tras las montañas, justo cuando empezaban a aparecer muchos surfers…
Día 7:
Empezaba el día en el que íbamos a visitar las calas más famosas de la isla: Macarella y Macarelleta. Como era de esperar, se trata de un lugar al que va muuuucha gente, así que hay que ir temprano. Para llegar hay que coger el mismo camino que para ir a Cala en Turqueta, dirección Sant Joan de Missa y después seguir las indicaciones.
Hay dos párkings: Uno a un km aproximadamente de la playa (gratuito) y otro, bastante más cercano (a unos 300 m) de pago (5 euros). Nosotros nos decantamos por este último, pensamos que valía la pena al ir con la pequeñaja.
Se llega a Macarella entre los bosques, y es espectacular. No nos extrañó para nada que fuera una de las imágenes más populares de la isla. Al llegar no estaba llena, pero decidimos irnos a Macarelleta… Nos pensábamos que íbamos a estar mejor .
Macarella |
Panorámica de Macarella… Impresionante! |
Para ir a Macarelleta hay que coger un caminito en la parte derecha de la playa y caminar unos 5 minutos; al pasar una curva, de repente, aparece… con su impresionante agua turquesa y su arena blanca.
Espectacular Macarelleta |
El acceso a la pequeña cala se hace entre las rocas… algo complicado bajar con una enana, con chanclas, los bártulos…
Agua cristalina! |
Creo que nos equivocamos viniendo a esta playa tan pequeñita. Al final, el lugar para las toallas es limitado y se pone, literalmente, a reventar. Sin duda fue la playa en la que menos cómodos estuvimos. Las toallas de la gente prácticamente se tocaban entre ellas y encima, a la hora marqués (12.00) aún veíamos cómo iba la gente bajando… pero si ya no cabíamos! La gente se acababa instalando en un lugar protegido por tener dunas. En fin, un desastre.
Después de la experiencia agridulce nos volvimos a Ciutadella a comer y al hotel a descansar.
Por la tarde nos fuimos a dar un paseo al Cap d’Artrutx, que lo teníamos a cinco minutos en coche. Tampoco es que sea uno de los lugares imperdibles de la isla (actualmente en la base del faro hay un restaurante), pero lo teníamos cerca y pudimos disfrutar de otra bella puesta de sol.
Día 8:
Comenzaba nuestro último día completo en la isla, y tocaba visitar otra fantástica playa: Cala Mitjana. De nuevo, aguas espectaculares, arena blanca y un tamaño adecuado para que uno se sienta cómodo.
Llegar a ella es muy fácil; únicamente hay que ir dirección Cala Galdana y luego seguir las indicaciones hacia la playa. El párking es gratuito y se encuentra a unos 15 minutos caminando (bajada a la ida y subida a la vuelta).
En la parte izquierda de la playa hay una zona de acantilados desde la que los más valientes se pueden tirar al agua… yo lo único que hice fueron fotos 😛
Y con esto acababa nuestro periplo por la fantástica isla de Menorca. El último día nos serviría para recoger, irnos hacia Maó y prepararnos para subir al Ferry de Acciona.
Regreso:
Nuestro ferry salía más o menos a las 11 de la mañana y la llegada a Barcelona estaba prevista para las 7 de la tarde aproximadamente. De la misma forma que para la ida, y por una diferencia de precio ridícula, también teníamos camarote.
Bahía de Maó |
Panorámica de Maó |
Está claro que no es lo mismo viajar de noche que de día, y con una niña de un año, menos todavía… pero bueno, lo solventamos de forma aceptable yendo de un lugar a otro, en la terraza (con música de dj), jugando, durmiendo…
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