En el post anterior os explicaba cómo moverse por el parque y qué hacer al llegar. En este os contaré algo más sobre las atracciones y cómo es un poco pasar el día en él.
Durante la época navideña (que en 2015 ha sido desde el 21 de noviembre hasta el 06 de enero de 2016) el parque abre de 10 a 19 horas y os puedo asegurar que pasa muy rápido; sobretodo el sábado, que mientras llegas al hotel, descargas y entras al parque ya casi es la hora de comer…
Atracciones y espectáculos
La gran mayoría de atracciones del parque están abiertas a excepción de las de agua (aunque los rápidos sí que lo estaban); esto no significa, no obstante, que todas entren en funcionamiento desde el mismo momento en el que abren el parque; había alguna de ellas que no empezaban a funcionar hasta las 12.00 y alguna incluso más tarde.

Las colas más largas que había eran en las atracciones infantiles, sobretodo en algunas de Sésamo Aventura y también en la del bosque encantado en el que, tras un recorrido por unos lugares mágicos, se acaba conociendo a Papá Noel. En las de adultos hay esperas de 10 – 15 minutos como máximo en la mayoría y en algunas ni eso.

Para los espectáculos pasa algo parecido; nos decidimos por ver el espectáculo de burbujas (Winter Magic Bubblebou) que se hacía en el Temple Màgic Jing-Chou y pudimos entrar justo en el momento en el que cerraban las puertas… eso en otras épocas es totalmente impensable.

Espectáculo de cierre
Cuando el parque está a punto de cerrar (a las 18.45) comienza La parada de Navidad: una gran cabalgata que recorre la ruta principal de la Mediterrània por la que van pasando todos los personajes del parque. Cuando toda la comitiva ya ha pasado la atención se centra en el lago, donde continúa el espectáculo con la llegada de los Emisarios Reales. Lo mejor es ponerse en un lugar en el que se vean bien las dos cosas (un buen sitio es cerca de la entrada, donde están los ‘barcos’ amarrados y también hacia la izquierda de ellos). Al principio del espectáculo hay que estar de espaldas al lago y luego girarse; es bonito, así que no conviene perdérselo.



Qué hacer en el hotel
Cuando el parque cerró nos planteamos qué hacer: o quedarnos en el hotel a cenar o coger el coche y acercarnos a Salou (a 5 minutos en coche). En el hotel hay varios restaurantes; un italiano, varios buffets y un Caffe di Roma. Decidimos quedarnos allí para evitar tener que meter a los niños en coche y que, muy posiblemente, acabaran durmiéndose. Nos ayudó a decidirnos el comprobar que estaban haciendo actividades para los niños en la plaza del mismo.
Acabamos cenando en la pizzería y después nos quedamos un rato más disfrutando de la minidisco que hacían, también para los más pequeños de la familia. Después (que a eso ya no nos quedamos) hacían más espectáculos.
Día 2: Acceso al parque de los primeros
Como el hotel es tan grande para desayunar hay turnos; nosotros teníamos el primero (acceso de 08.00 a 08.30), lo que acabó siendo una gran ventaja; al ser los primeros en entrar está todo impecable y prácticamente no hay colas para nada. Además, ser de los primeros en entrar hace que muy posiblemente seas de los primeros en salir, y eso implica poder acceder al parque muy temprano.
Aunque el horario de apertura es a las 10.00 es posible entrar al parque antes desde el hotel (ignoro cuánto rato antes) y aprovechar esos momentos en los que no hay prácticamente nadie en el parque para subir a alguna de las principales atracciones es una buena opción, no creéis?
El domingo, como era de esperar, había menos gente que el sábado, aunque algunas atracciones seguían estando bastante solicitadas; aprovechamos para hacer el recorrido a la inversa, comenzando por el Oeste y por una de sus atracciones más míticas: el carrousel. Después de comer, una última visita al área de SésamoAventura, algunas compras y, cerca ya de las 18.00, de vuelta a casa; antes de encender el coche los pequeños ya dormían…
Cansados pero contentos.


Fue un gran fin de semana, se pasó rapidísimo y realmente la idea de quedarnos allí a dormir fue una excelente decisión; todo te lo tomas con más calma, no hay tanta presión de horarios y saber que no tienes que estar tanto rato en el coche se agradece.
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