Una de las mejores formas de conocer los lugares es acompañado de gente que conoce su historia. En nuestro caso conocimos la bella ciudad de Marrakech de la mano de unos expertos contrastados: Viajes Marrakech.
De las muchas excursiones que ofrecen, adaptadas a todos las necesidades y gustos, nosotros nos decantamos por tres: Visita a los Jardines de Marrakech, Visita con guía privado y Essaouira.
En el post de hoy os explicaré las dos excursiones que hicimos por la ciudad: Los Jardines de Marrakech y una visita guiada.
El mismo día de nuestra llegada, después de habernos situado y descansado un poco, un chófer nos esperaba a la salida de la medina para comenzar la primera de ellas: Los jardines.
Comenzamos por los extensos Jardines de Menara, un lugar muy tranquilo y en el que muchos lugareños van a pasear. Se trata de un extenso terreno de olivos y árboles frutales con un gran estanque en el centro presidido por un pequeño pero bonito pabellón de tejas verdes. Dimos un paseo, los niños corretearon a sus anchas, echamos comida a los peces del estanque, nos hicimos decenas de fotos y volvimos en busca del transporte, que nos llevaría a la segunda parada de nuestra visita.
En la zona moderna de Marrakech se encuentran, junto al recientemente inaugurado Museo Yves Saint Laurent, los conocidísimos Jardines Majorelle, uno de los iconos de la ciudad. Tras comprar la entrada y entrar en el recinto, todo cambia: Especies botánicas de todas partes del mundo (con explicaciones) y multitud de cursos de agua, fuentes… y el icónico chalet de ese azul inconfundible al final de todo. Una de las visitas obligadas de Marrakech.
Nuestra última parada del día era El Palmeral: Una grandísima extensión de terreno con más de 120.000 palmeras en el que realizar diversas actividades; nosotros la conocimos un poco más dando un paseo en dromedario vestidos a lo Lawrence de Arabia. Los peques acabaron diciendo que querían llevarse uno a casa, creo que no nos habrían dejado subirlo al avión :P.
La mañana del segundo día de estancia la dedicamos a conocer la ciudad; pensamos que era la mejor opción antes de ponernos a explorar por nuestra cuenta. Fuimos al encuentro de nuestro guía Hamid que nos acompañó durante toda la visita y comenzamos nuestro recorrido por las callejuelas del zoco. Durante el camino, nos fue explicando muchas curiosidades de él (como por ejemplo que hay más de 10.000 tiendas) y, tras un agradable paseo, acabamos saliendo a las puertas del Museo de Marrakech (en el que no entramos). En otras épocas podríamos haber ido a visitar la Madrasa de Ben Youssef, pero justo la habían cerrado por restauración pocos días antes. Continuamos nuestra visita camino a la emblemática Plaza Djemaa el Fna, muy tranquila a esas horas y donde también Hamid nos explicó algunas curiosidades sobre ella. Seguimos paseando y nos quedamos a las puertas de la impresionante mezquita Koutoubia (entrada no permitida a los no musulmanes), donde seguimos aprendiendo multitud de cosas (somos muy preguntones, jajaja).
Continuamos hacia las Tumbas Saadíes, datadas del siglo XVI y uno de los lugares más visitados de Marrakech (fue de los pocos sitios en los que tuvimos que hacer cola), con una decoración exquisita y cuidadísima. La entrada no está incluida, aunque es barata (10 dirhams).
Tras esta visita, volvimos a pasar por la plaza Djemaa el Fna, donde finalizó el recorrido y lugar en el que nos despedimos del guía.Fueron dos visitas muy entretenidas y en las que aprendimos mucho. Sin duda, todo un acierto y que recomendamos activamente… y eso que nosotros no somos mucho de contratar excursiones!
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