Segunda parte de 10 experiencias que hemos vivido sin niños y nos gustaría volver a vivir con ellos… Si quieres, puedes leer la primera parte.
Escocia: Neist Point (Isla de Skye)
Un faro en un lugar idílico. ¿Qué más se le puede pedir a un paisaje así para poder disfrutar de una puesta de sol inolvidable? Además, si tenemos ‘suerte’, durante el trayecto nos habremos tenido que parar varias veces para dejar pasar a las cabras habitantes de la región.
Escocia: Playa de Luskentyre
En la preciosa Isla de Lewis, en las Hébridas Exteriores es posible disfrutar de una playa paradisíaca, con kilómetros de arena blanca sin temor a no encontrar un ‘hueco’ para la toalla. Sin duda es una de las mejores playas que hemos visto nunca (otro tema es que te puedas bañar :P)
Italia: Coliseo Romano
Cuando a alguien le nombran Roma, una de las primeras cosas que seguramente le vengan a la mente sea el coliseo romano. Tuvimos la oportunidad de conocerlo hace algunos años (en un fin de semana de infarto visitando cosas) y nos quedamos con ganas de más. Estoy convencido de que entrar en él debe dejar a los niños alucinados.
Hoy en día con la experiencia que tenemos muy posiblemente valoraríamos hacer uso de actividades que nos permitieran ahorrar tiempo o conocer más en profundidad alguna atracción; empresas como Musement tienen una amplia oferta adaptada a todos los bolsillos y necesidades con una valoración muy alta por parte de sus usuarios.
República Checa: Castillo de Bouzov / Cuevas de Javoricko (Bohemia Central)
La República Checa es un injusto desconocido; acabamos visitando el país casi por casualidad y nos sorprendió gratamente. Praga le roba mucho protagonismo al resto de cosas que puede ofrecer este país centroeuropeo y dos de esas joyas escondidas son el Castillo de Bouzov por un lado y las cuevas de Javoricko por otro (muy cerca entre ellas). El castillo tiene un estado de conservación envidiable, tanto por dentro como por fuera. Las cuevas, por su parte, nos llevan al interior de la montaña donde es posible ver curiosas formas de rocas y hacer un curioso viaje por su interior.
Inglaterra: El London Eye
Diría que Londres es una ciudad que gusta a todo el que la visita, y los niños no iban a ser menos; además, si a la ecuación le ponemos una noria descomunal con unas vistas envidiables, el resultado está más que garantizado. Además, podemos completar el pack llegando hasta ella en uno de los buses de dos plantas.
Bonus: Formentera
Cuando estuvimos en un viaje por Ibiza dedicamos un día a conocer la más pequeña de las islas de las Baleares… Cogimos un ferry y nos dispusimos a disfrutar de sus playas y de sus encantadores pueblos; lo cierto es que nos arrepentimos de no haber pasado algún tiempo más en ella. Habríamos alquilado una moto y conocido todos sus rincones. Visitarla con niños, en un ambiente tan relajado y tranquilo como el que se respira en esa isla, debe ser una experiencia fantástica.
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