El camping es una forma de turismo que, con la proliferación de apartamentos, resorts con todo incluido o el auge de alquileres vacacionales, parece haber quedado totalmente olvidada. Sin embargo, ¿quién puede negar los maravillosos efectos de pasar el día entre naturaleza, dormir bajo las estrellas y andar descalzos cada mañana?
Creemos que una escapada campista es una de esas cosas que nos hacen conectar con el medio natural como cuando no existían las nuevas tecnologías, y que por ello, es una forma de enseñar a nuestros hijos valores como la conexión con el aquí y el ahora y la sensibilización hacia nuestro planeta.
Aún así, es posible que cuando pensemos en un camping nos venga la idea de un establecimiento de pocos recursos y todo tipo de mosquitos e incomodidades. Sin embargo, hay lugares donde este modelo ha sabido evolucionar hasta construir una forma de turismo tan sostenible como disfrutable.
Un referente de ello son los Campings de Tarragona, una asociación de campings repartidos a lo largo de la provincia que sorprende por sus increíbles establecimientos y su fuerte sensación de comunidad.
Ubicados en las regiones de Costa Daurada y Terres de l’Ebre, estos campings se encuentran rodeados de naturaleza virgen, situados en el lugar perfecto para explorar Tarragona: rutas de senderismo, buceo, golf, kayak, excursiones al monte, la ruta del Císter, visitas medievales, el parque de PortAventura… O cambiar el coche por unas bicis para acercarnos al monte más cercano, o simplemente, bajarnos a la playa a pie.
Y en medio del Mediterráneo, ¡cómo no sucumbir a su gastronomía! Tarragona es el lugar perfecto para regalaros un homenaje culinario degustando los platos más típicos como el Arrossejat, el Patacó, la patata de Prades o los sabrosísimos calçots. Sin duda, un gustazo de sabores tanto de mar como de tierra, de temporada y de cercanía. Y si te gusta la cultura vitivinícola, disfrutarás al máximo de los vinos más emblemáticos de la zona, como la DOC Priorato, la DO Montsant, la DO Conca de Barberà, la DO Tarragona o la DO Terra Alta.
Otro de los puntos fuertes de los Campings de Tarragona es la variedad entre sus diferentes opciones de alojamiento: tiendas de campaña, parcelas caravanistas o hasta un precioso bungalow equipado con todo lo esencial de un buen apartamento de playa.
Pero sin duda, lo mejor de estos campings es la sensación de comunidad que se crea. Una atmósfera donde todo el mundo es bienvenido, donde los niños juegan a su aire hasta caer la noche, donde los padres improvisan una paella con sus nuevos vecinos y donde toda la familia puede regalarse un auténtico respiro de las prisas, el exceso de tecnología y la vida de ciudad.
Y como si se tratara de volver al pueblo de siempre, de repente nos sentimos conectados, las preocupaciones se esfuman y se nos olvida hasta la hora. Nuestros hijos se alejan de las pantallas para jugar en un ambiente seguro y sano, y lejos de la presión de un estresante itinerario turístico, elegimos cada mañana lo que queremos hacer.
Porque una escapada a los Campings de Tarragona es un regalo para los sentidos, pero sobre todo, una forma de compartir con nuestros hijos cómo disfrutar de la naturaleza tal como nosotros lo hicimos toda la vida.
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