Esta semana hemos hecho una cosa nueva con la pequeña… Hemos ido al cine!
Había varias señales que indicaban que quizás podía ser una buena idea el hacer el experimento: La primera de ellas era que en casa había superado la ‘prueba’ de aguantar una película completa (como por ejemplo El Rey León y alguna más como Buscando a Nemo); Otra de las señales que nos empujaban a pensar en hacer algo así fue que el pasado 5 de septiembre se estrenó en todos los cines la película de ‘La Abeja Maya’, y son uno de sus dibujos preferidos! Y ya para rematar… le encantan las palomitas! (y para mi es imposible ir al cine sin palomitas :P). No, en serio, también lo veíamos como una de las últimas cosas que íbamos a poder hacer los 3 solos antes de que llegue el nuevo integrante de la familia (que está al caer, es cuestión de días).
Así pues, ni cortos ni perezosos, nos lo hicimos venir bien para irnos el pasado miércoles (día del espectador) a ver, toda la familia, la película de ‘La Abeja Maya’.
Ya habíamos ido explicando a la enana cómo era un cine para que no le supusiese un impacto contraproducente, pero su cara al entrar fue de sorpresa, y no es para menos; la película se proyectaba en una de las salas más grandes del Cinesa Parc Vallès de Terrassa (creo que tiene algo más de 500 butacas).
Compramos el pack completo de avituallamiento (palomitas y bebida) y, altillo en mano para que la enana no tuviera problemas de visión, nos dirigimos a nuestros asientos en el centro de la sala. Íbamos algo justos de tiempo y nada más entrar apagaron las luces y comenzaron los anuncios; tras colocar a la enana entre nosotros, ya no había niña… estaba completamente embobada. Hasta le hicimos fotos con el móvil y ni pestañeaba!
La mayor parte de la película la pasó así, sin inmutarse y haciendo algún que otro comentario (pocos) a viva voz (ella que va a saber que hay que estar en silencio en un cine si nadie se lo ha dicho, no? :P). Cuando acabó dijo que quería ver más, así que eso fue indicativo que el experimento había sido todo un éxito.
Fue una bonita experiencia familiar que repetiremos, no sé cómo ni cuándo, en no mucho tiempo.
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